14 de mayo de 2025
La historia tras los patios cordobeses
La Fiesta de los patios cordobeses se sustenta en una larga tradición, que sitúa a los patios dentro del centro de la vida familiar como parte principal de la vivienda. De modo que, para comprender la raíz de esta festividad es necesario remontarnos a las denominadas casas- patio, las cuales alcanzan su configuración actual tras siglos de historia, donde el patio en tanto espacio físico, constituye un área abierta dentro de la vivienda, que aporta elementos tan significativos como la ventilación y la iluminación.
Siglos de historia
Su origen es posible remontarlo a la antigüedad, en civilizaciones tan antiguas como Mesopotamia, la cultura griega y la romana, en las que el patio adquirió un importante papel dentro de la vida cotidiana en cuanto a la distribución de la vivienda y centro neurálgico de la misma. El clima de la ciudad de Córdoba, con altas temperaturas durante el verano hizo que desde época romana estos se constituyeran como un espacio de esparcimiento y frescura.

No obstante, la llegada árabe a la península ibérica marca un momento de particular relevancia para el patio, como estructura arquitectónica y espacio de socialización. Justamente en la época de Al-Andaluz las casas-patio adquieren un gran desarrollo, las cuales se estructuraban hacia el interior, dejando poco o nada de la vida diaria hacia el exterior. Es precisamente en esta etapa islámica de la provincia que se señala la introducción de elementos como el agua y la vegetación exuberante, con el propósito de contribuir a temperaturas más frescas y agradables, llegando a alcanzar temperaturas de 10 y 15 grados en estos espacios. Los musulmanes también pusieron mucho más énfasis en el elemento social, de modo que además del aspecto estético, se trataba de lugares para reunirse y socializar. La riqueza adquirida en este período da como resultado espacios donde confluían árboles frutales y plantas en perfecta armonía con azulejería, suelos de ladrillo, celosías, con un espacio especial para la presencia del agua, a través de estructuras como las acequias, surtidores o fuentes. Posteriormente, tanto la estructura arquitectónica como este modo de vida fue heredado y mantenido hasta día de hoy, considerándose un rasgo de identidad de la región.

Tras el dominio cristiano, la distribución espacial de las viviendas se mantuvo prácticamente intacta; los cambios tuvieron lugar más bien a nivel estilístico, expresado en diversas tendencias y estilos como el mudéjar, y posteriormente en los detalles decorativos de tendencia renacentista y platerescos. A estos se sumó el Barroco, y luego el gusto por lo clásico retomado por el estilo Neoclásico también se hizo sentir en las casas-patio durante el siglo XIX. Este se reflejó principalmente en la sustitución del pavimento tradicional por materiales como el mármol o la piedra, o las baldosas hidráulicas; y además se expresó también en la manera de presentar las plantas, las cuales pasarían a ubicarse en macetas, dejando atrás la costumbre del arriate. En este mismo siglo, el Romanticismo por supuesto, también dejó sus huellas en los patios cordobeses, a partir de elementos decorativos de origen arqueológico y la sustitución de los portones barrocos realizados en madera por el empleo de cancelas. Todo ello fue llevando a una mezcla de elementos clásicos con orientales que fraguó en el característico estilo ecléctico presente también a finales de este siglo y que se extendió hasta el siglo XX.

Justo en esta nueva centuria es que surgen las denominadas casas de vecinos, antiguos palacios que han sido nuevamente ocupados o también edificaciones remodeladas con el propósito de habitarla una población con bajos recursos, fruto de la emigración de zonas rurales a la ciudad. De este modo, se situaron en los patios los aseos, cocinas comunes y zonas de lavado, a lo que no faltó por supuesto, la integración de vegetación a partir de árboles y macetas. Este modo de vida aplicado a la vida en comunidad fue desapareciendo con el tiempo ante la expansión de la ciudad hacia la periferia, si bien es posible encontrar hoy día algunas de estas viviendas, como por ejemplo las ubicadas en Chaparro 3 y Marroquíes 6.

Actualmente, los patios en su conjunto se caracterizan por una multiplicidad de colores aportados principalmente por el conjunto de flores que lo integran, colocadas a lo largo de todo el espacio de las paredes y pavimento. Generalmente estos se completan con la presencia de pozos o fuentes, de modo que en ellos confluyen la vegetación en su máximo esplendor, el agua y el sonido que esta genera así como elementos tan importantes como la luz.