Henriëtte Ronner-Knip (1821, Países Bajos-1909, Bélgica) fue una artista holandesa del Romanticismo, conocida por sus pinturas de animales, especialmente de perros y gatos. Hacia la segunda mitad del siglo XIX, se dedicó de manera constante a pintar este tipo de escenas y comenzó a recibir elogios de la crítica del momento gracias a su maestría en la representación del pelaje, las posturas y las expresiones de los protagonistas de sus obras.

Características de su estilo
Sus pinturas se caracterizan por colores cálidos y una pincelada suelta que transmiten una sensación de ternura y emoción, cuyos personajes aparecen en escenas domésticas, muchas veces ataviadas con muebles exquisitos y telas suntuosas, tan de moda entre la burguesía del siglo XIX.
Los gatos en su obra
Observó y estudió las actitudes, los movimientos y las expresiones de los felinos y supo capturar con una técnica exquisita una diversidad de entornos en los que aparecen gatos somnolientos, jugando con instrumentos musicales u objetos de la casa, así como también el amor madre-hijo.

Después de 1870, las pinturas de Henriëtte Ronner-Knip se concentraron solo en los gatos y se hicieron muy populares entre la clase media y burguesa del momento, debido a que los gatos hacia finales del siglo XIX fueron considerados cada vez más como mascotas domésticas.